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Zero Evictions Campaign

Moscú, han comenzado las Jornadas Mundiales Cero Desalojos en Rusia

Ottolini, Mosca, ottobre 2009

IAI Coordinator and Adviser of UN-Habitat

El 1 de octubre tuvo lugar en Moscú una reunión con Cesare Ottolini, miembro del grupo de consulta de la ONU sobre desalojos forzosos y coordinador de la Alianza Internacional de los Habitantes (AIH).

En esta reunión organizada por el movimiento social Consejo Moscovita y el Instituto “Actividades colectivas” se habló de los problemas relacionados con los desalojos ilegales, la situación en las residencias de la ciudad, las “estafas a los propietarios”, etc. Contó con la presencia de representantes de las iniciativas comunitarias de Sherbinka, “Rechnik”, Butovo y de las calles Menzhinskii y Pozhdestbenkii de Brateevo.

riunione Mosca ottobre 2009

Participants talked about perspectives of collaboration between russian housing movement and international one

Durante la reunión los activistas rusos mencionaron los planes para el 10 de octubre dentro del marco de la semana de acciones unidas de protesta social que se celebrará en toda Rusia bajo el lema: “La salida de la crisis no debe ser a expensas de la población”. Entre sus demandas se incluyen la prohibición de las construcciones ilegales en los patios comunales, la protección de los monumentos históricos y arquitectónicos, indemnizaciones íntegras por la demolición de hogares y cocheras y el reconocimiento de la ilegalidad del Plan General de desarrollo de la ciudad hasta el año 2025. Esta semana de acciones se celebrará por iniciativa de la Alianza de consejos coordinados de Rusia en más de 50 ciudades: Moscú, San Petersburgo, Kaliningrado, Tyumen, Kazhan, Magnitogorsk, Omsk, Perm, Saratov, Novosibirsk, Krasnoyarsk, Barnaul, Rostov del Don, Ivanovo, Penzh y otras más.
Entre las medidas mencionadas se incluyen negociaciones sobre la posibilidad de una mayor cooperación entre los movimientos rusos y las organizaciones internacionales sobre la vivienda. Cesare Ottolini informó de que en 2011 se celebrará en Senegal un Congreso internacional sobre la vivienda, cuyo objetivo es la creación de una red internacional de movimientos ciudadanos y de habitantes para luchar juntos contra las políticas neoliberales y antisociales sobre la vivienda. “Todos los países tienen problemas de este tipo, independientemente de su forma de gobierno, y lo más importante es ofrecer un frente común” – señaló Ottolini. Se tomó la decisión de contar con la presencia de representantes internacionales en el próximo foro ruso sobre la vivienda con el objetivo de solucionar no solo los problemas locales, sino también elegir delegados para el Congreso mundial.

Cesare Ottolini comentó que su labor como asesor y coordinador consiste en comprobar lo que ocurre en los diferentes países, especialmente en Rusia, con respecto a los asuntos relacionados con la vivienda. El resultado de sus viajes será una serie de artículos en los que se expondrán los problemas que existen en este área y cómo se está luchando para solucionarlos. Al final de la reunión se decidió que los coordinadores de los Consejos de Moscú preparasen unos documentos donde se demostrará la violación masiva de los derechos de la vivienda en Moscú para la preparación de los informes en la ONU.

Además, el domingo 4 de octubre también hubo otra reunión con Cesare Ottolini en San Petersburgo, en las oficinas del centro de desarrollo de organizaciones sin ánimo de lucro en la dirección: Ligovskii Prospect, Nº 81, oficina 300. Los organizadores de esta reunión en San Petersburgo fueron el Movimiento de Iniciativas Ciudadanas (MIC), quienes invitaron a participar en ella a sus activistas, a los de “Ciudad Viva” y a los de otras iniciativas que luchan por la defensa de los derechos a la vivienda. Si desea información más detallada sobre esta reunión en San Petersburgo, puede llamar al 8 911 923 39 47.

Los activistas rusos de la vivienda ya hace tiempo que conocen a Cesare Ottolini, pero hasta ahora no habían logrado hallar una forma provechosa de colaborar juntos. La Alianza Internacional de los Habitantes, creada en 2003, está formada por una red de asociaciones de propietarios, inquilinos, grupos de iniciativas, comités de personas sin hogar y que viven en barrios marginados, cooperativas de pisos, centros sociales y voluntarios para emigrantes así como comités de lucha de muchos países, todos ellos coordinados por un comité general y otro técnico.

Al igual que ocurre con similares organizaciones rusas, las propias iniciativas corren a cuenta de los comités locales, mientras el comité general (formado por varios activistas independientes en asuntos de la vivienda) se limita a coordinar las actividades de la Alianza y a tomar decisiones. Su labor tiene dos vertientes principales: campañas de protesta y formación. En el año 2006 comenzó a funcionar la academia para activistas de la vivienda y las denominadas universidades populares sobre la vivienda ya funcionan en varios países, especialmente en América Latina. La Alianza también distribuye información y resúmenes de sus actividades a través de su sitio web y de boletines (cerca de 300 traductores trabajan para ella como voluntarios). Y en lo que se refiere a sus campañas, la principal en estos momentos es: “¡Poner fin a los desalojos forzosos!”.

En 2004 la Alianza consiguió su mayor victoria en Nairobi (Kenia), donde se había amenazado con el desahucio a unas 300.000 personas que vivían en unas cabañas a causa de los planes de “reconstrucción” del centro de la ciudad y la construcción de viviendas de alquiler, proyecto que contaba con la participación de capital italiano. Este plan fue bloqueado gracias a la lucha de la asociación local y la intervención de la Alianza. En este caso, la Alianza actuó de la siguiente manera: se distribuyó una petición a nivel internacional que podía firmarse a través de Internet y donde cada firma se enviaba inmediatamente al ordenador de la persona responsable. De esa forma se reunieron 10.000 firmas, algo que generó una gran expectación entre los medios de comunicación. También se enviaron delegaciones a los consulados keniatas de todo el mundo. Al final, el proyecto fue tan desprestigiado ante la opinión pública que los inversores extranjeros retiraron su participación y el gobierno de Kenia lo abandonó por completo.

El propio Cesare visitó varias veces Nairobi para comprobar cómo estaba la situación. En la actualidad los residentes de las zonas afectadas han recibido el reconocimiento oficial de sus derechos a la propiedad de sus viviendas y tierras. Esta propiedad tiene carácter colectivo, no individual, como subraya Cesare, algo muy importancia ya que así nunca podrán adquirirse de algún propietario individual. Además, se han creado fondos populares para la tierra y la vivienda. Para finalizar, aún prosigue la campaña que exige al gobierno italiano la cancelación de las deudas de Kenia con el fin de utilizar ese dinero para mejorar estas zonas.

La Alianza participó en otro programa por la violación de los derechos de la vivienda en Roma, donde cerca de 600.000 personas se vieron amenazadas con el desalojo por no poder pagar sus alquileres. En febrero de 2005, los coordinadores del movimiento lograron organizar una comisión oficial de la ONU con el objetivo de velar por el cumplimiento de los derechos a la vivienda. La labor de la comisión recibió amplia cobertura en los medios de comunicación y, como resultado, se generó un gran escándalo que obligó a las autoridades de la ciudad a firmar un protocolo en el que se prohibían los desahucios y se creaba un programa de construcción de viviendas sociales.

Más cercana a la realidad rusa es la situación de Croacia que, ciertamente, es un prototipo de lo que podría ser nuestro futuro. Tras la modificación de las leyes sobre privatizaciones gratuitas en el año 1996, los alquileres experimentaron un enorme aumento, del 60% a finales de 2005, lo que supuso que más de 40.000 personas, en su mayoría ancianos, corriesen el riesgo de perder su hogar. En este caso, la Alianza presionó al gobierno croata a través de la UE, organismo al que desea pertenecer el país, y sigue ayudando con la organización de una asociación de defensa de los derechos de las viviendas alquiladas, unos derechos prácticamente desconocidos entre la población local (y aún más entre la población rusa).

Como puede verse a través de estos ejemplos, la Alianza utiliza muchos instrumentos distintos para iniciar campañas internacionales de solidaridad: peticiones (principalmente por medios electrónicos), influencia sobre los medios de comunicación, presión institucional (a través de los gobiernos u organizaciones internacionales como la ONU) y presión sobre las corporaciones internacionales mediante campañas de desprestigio. A pesar de todo ello, tal y como señala el propio Cesare, la Alianza por sí misma no posee ningún tipo de estructura oficial ni tiene ningún tipo de poder; todas las iniciativas pertenecen a los activistas locales, que son los que deciden qué camino tomar.

La AIH actúa, entre otros medios, a través de instituciones oficiales, en primer lugar a través de la ONU. El propio Cesare, y de hecho varios activistas sociales, es miembro del Grupo Asesor UN-Habitat sobre desalojos forzosos (UN-AGFE), presidido por la Sra. Anna Tibaijuka. UN-AGFE vela en particular por el cumplimiento de las normas internacionales y nacionales sobre los derechos a la vivienda (incluido el artículo 11 del Acuerdo Internacional sobre derechos económicos, sociales y culturales, que obliga a los países firmantes, entre los que se encuentra Rusia, a cumplir los derechos de la vivienda y a mejorarlos mediante la adopción de las medidas políticas más adecuadas). Para llevar a cabo su labor, los miembros del UN-AGFE pueden visitar aquellos países donde se haya registrado un gran número de infracciones o casos graves.

Ya han pasado dos años desde que surgió la idea de realizar uno de estos viajes a Rusia aunque, como es bien sabido, la ONU es una organización muy burocrática y oficiosa que, por lo general, solamente actúa con el beneplácito de todos los gobiernos nacionales. No obstante, gracias a la labor conjunta de Cesare y las organizaciones rusas de la vivienda, parece que este asunto está avanzando desde el punto muerto en el que se encontraba. El grupo que trabaja para la ONU ya ha reunido una cantidad lo suficientemente amplia de información local sobre las infracciones de los derechos de la vivienda en Rusia (desalojos forzosos, ocupaciones ilegales de tierras, escándalos sobre “estafas a inversores”, obstáculos para conseguir derechos a la autogestión de la vivienda, etc.), y cada vez más miembros de este grupo se muestran a favor de organizar una visita selectiva de expertos de la ONU a distintas ciudades del país.

Para finalizar, la tercera vertiente de trabajo de la AIH en particular, y de otras organizaciones en general, es la preparación del Congreso Internacional sobre la Vivienda del año 2011. Su propio proceso de organización constituye un instrumento para la consolidación de los movimientos por la vivienda, tanto dentro de cada país como entre los distintos países. A este respecto, Cesarle pidió al IKD (Instituto de movimientos colectivos), el SKS, el Movimiento de inquilinos de residencias y la Alianza de inquilinos que iniciasen en Rusia el proceso de preparación del congreso. Esto quiere decir que para el año 2011 se deben celebrar tantos foros locales como sea posible, además de un foro nacional (ruso) sobre la vivienda desde el que se enviarán delegados al congreso internacional y donde se elaborarán las propuestas en nombre del movimiento ruso. ¿Cómo se puede hacer esto en Rusia, donde el proceso de establecimiento de contactos entre los diversos grupos o asociaciones sobre la vivienda acaba de comenzar no solo a nivel nacional sino también a nivel de cada ciudad?

Esta es una pregunta clave, sobre todo si se tienen en cuenta las discrepancias internas de cada movimiento y las luchas externas sobre las cuestiones más importantes: campañas de protesta o cooperación con las autoridades, viviendas autogestionadas o dependientes completamente del estado, movimientos ciudadanos o políticos, grupos de iniciativas u ONG profesionales. Sobre todo porque en los movimientos por la vivienda no existen empleados asalariados a tiempo completo. Lo que está claro es que la fuerza individual de cada organización no resulta suficiente. De todos modos, Cesare insistió en que las organizaciones de protesta y movimientos ciudadanos de base iniciasen este proceso, ya que constituyen la fuerza principal sobre la que necesariamente debe cimentarse la creación de un movimiento internacional activo y eficaz.


The Volunteer translator for housing rights without frontiers of IAI who has collaborated on the translation of this text was:

Noelia Corte